
🌍 El lamento de Jesús sigue vivo hoy
Hoy, Jesús podría mirar nuestras ciudades, nuestros hogares, nuestras comunidades,
y repetir con la misma tristeza:
“¡Cuántas veces quise reunirlos y no quisieron!”
Vive entre nosotros, pero a veces lo dejamos fuera:
cuando el egoísmo pesa más que la compasión,
cuando el miedo vence al perdón,
cuando nos acostumbramos al ruido y dejamos de escuchar su voz.
El dolor de Jesús no es por orgullo herido, sino por amor no recibido.
Porque sabe que, lejos de Él, la vida se fragmenta y el corazón se enfría.