
La nostalgia nos lleva a los ‘80. Los recuerdos son fotogramas que soñamos gracias a la magia del cine. Y como quien desempolva un baúl viejo, vemos como algunas de esas películas envejecen bien al paso del tiempo porque son buenas historias o porque sus personajes son iconos de una época. Nos hemos aprendido sus diálogos, canciones, e incluso imitamos la estética de la época. Eran tardes de palomitas dulces y leyendas de magia, amor, bailes, aventuras, cazafantasmas, tesoros y entrañables extraterrestres. Historias que vimos en el cine y que también encontramos en los libros que nos vieron crecer.