
La que les traemos hoy en una historia que, si se las cuento sin testigos, parecería muy difícil de creer. El protagonista es Carlos Aguilar, un joven de Osorno que a punto de coraje y talento, terminó tatuando a músicos de bandas como Slayer y Dimmu Borgir; entre otras. Y aún va por más. Fundó su propio estudio en Suecia y hoy reside en Los Ángeles, EE.UU, donde trabaja para la taquillera Kat Von D, una celebridad de la tinta a nivel mundial.