
Siempre generamos expectativas, sean verbales o no. Esperamos que una acción tenga una consecuencia “aprendida” en nuestra historia de aprendizaje.
Cuando alguien emprende tiene esperanza en que salga bien y esto es útil. Nuestras expectativas nos ayudan a iniciar proyectos. Pero en otras ocasiones nos puede dar alguna que otra trampa, sobre todo cuando empiezan a desmoronarse.
En el episodio de hoy hablaremos de las expectativas más frecuentes que podemos tener a la hora de emprender y cómo pueden afectarnos, tanto para bien, como para mal.