
El alto rendimiento no siempre se mide en watts, pace o kilómetros.
A veces, su verdadero costo está en lo que no se ve: la disciplina que se vuelve jaula, las emociones que alteran tu corazón, la línea invisible entre entrenar para vivir… o vivir para entrenar.
En este episodio te llevo desde mis primeros pasos improvisados hasta entender mi cuerpo como una máquina afinada, y cómo aprendí que la verdadera meta es encontrar el equilibrio que salva.