
Hay momentos en la vida en los que entendés que no se trata de volver a ser el de antes… sino de construir una versión más fuerte.
En este episodio te cuento cómo levanté mis pilares: la familia que me sostuvo, los amigos que me recordaron quién era, el deporte que me ancló, la fe que me guió y el amor propio que me protegió.
San Andrés fue el escenario: lluvia, viento y condiciones adversas… pero también fue el símbolo de que ya no corría para huir, sino para afirmarme.
Porque cuando encontrás tu centro, descubrís que podés brillar incluso bajo la tormenta.