
A veces la vida no te da tregua.
No te da paz, ni claridad.
Solo caos… y una decisión: seguir o rendirte.
Este episodio no es sobre hacer un Ironman perfecto.
Es sobre aprender a seguir adelante cuando todo lo demás se desmorona.
Te cuento cómo entrené —y crucé la meta— en uno de los momentos más frágiles de mi vida.
Sin estabilidad, sin descanso… pero con una promesa intacta: no rendirme.
Porque incluso roto… todavía podés avanzar.
Y a veces, lo más valiente no es ganar.
Es no detenerte.