
Todos anhelamos más de Dios, pero muchas veces nos conformamos con lo superficial. Esta prédica nos reta a dejar la comodidad espiritual y buscar mayor profundidad en cuatro áreas clave: devocionales constantes, oración intensa, un anhelo genuino por Su presencia y una adoración transformadora. A través del Salmo 42 y ejemplos prácticos, descubrimos que solo cuando nos incomodamos y rendimos todo, Dios nos lleva a beber de aguas vivas que sacian, fortalecen y renuevan nuestro caminar diario.
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