
Hola, habitante del planeta Tierra.
Hoy quiero invitarte a que nos fumemos uno con calma, pero sobre todo con intención. Porque hoy vamos a hablar de un acto necesario, jodidamente difícil, pero liberador: aprender a soltar.
Soltar no es rendirse, es entender que aferrarse también puede ser una forma de morir lento.