
Este es el motivo por el que muchos abandonan las disciplinas espirituales.
No es falta de tiempo.
No es pereza.
No es que no sean "lo suyo".
Es que no tienen ni idea delpropósito detrás de ellas.
Y cuando no sabes para qué haces algo, tarde o temprano lo dejas.
Pero aquí viene la diferencia: si has sido regenerado por el Espíritu Santo, no solo vas a entender el propósito…
Sino que vas a encontrarla razón suficiente para perseverar.
¿Listo para descubrirlo?
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