
Jesús por medio de su entrada triunfal en Juan 12, al él montar en un pollino está presentándose como el mesías esperado y anunciado; pero a la vez, está mostrándole a las multitudes que vitoreaban su nombre qué clase de Mesías es, a saber, no el Mesías terrenal de sus sueños, ni uno militar que los liberaría del yugo de Roma. Por el relato de las escrituras (Lucas 19:41-42) sabemos que Jesús al escuchar la euforia de esta multitud y discernir sus intenciones dice que él lloró por la ciudad y exclamó¡cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz! ¿y tú, al igual que las multitudes de aquel tiempo ves en Jesús sólo un medio para alcanzar un objetivo, lo ves solo como el que te va sacar de todos tus problemas terrenales, tus angustias, tus dolores, tus deudas económicas? Si esto es así, las palabras de Jesús siguen resonando ayer como hoy: Si supieras hoy lo que te puede verdadera paz. Estas palabras para ti hoy son una invitación a que le conozcas como tu Señor y Salvador, sólo él puede traer verdadera paz a tu corazón.