
En la Antigüedad no existía exclusión o desarmonía entre las inquietudes espirituales y los avances en el conocimiento científico. Esa relación simbiótica se quebró en los últimos siglos gracias a la entronización de la ciencia como única deidad para ser adorada por millones de fanáticos adeptos. En esta primera parte nos enfocaremos en las similitudes entre las más recientes hipótesis científicas en torno al Big Bang y las milenarias filosofías místicas que hablan sobre el origen del Universo.