Si quieres estimular la renovación celular y mejorar el tono y la luminosidad de tu piel, y que el resto de tus tratamientos sean mas eficaces, necesitas empezar a incorporar la exfoliación con ácidos a tu rutina.
Pero hay que ir poco a poco, con paciencia y sin prisa. Lo mejor es siempre empezar de menos a más y si nos va bien, y nos apetece, podemos ir subiendo poco a poco de nivel. Con la exfoliación es mejor ser conservador y elegir cosméticos eficaces, que hagan su trabajo, pero seguros, con los que no haya absolutamente ningún riesgo de irritación.
Por eso en este episodio te voy a contar cuales son las opciones más suaves, como los poli hidroxiácidos para aquellas pieles ultra sensibles o muy muy secas, o que no estén acostumbradas a la exfoliación química y después de otros algo más potentes, como el ácido mandélico y el ácido láctico, que además tienen grandes propiedades hidratantes, y finalmente del ácido glicólico, para aquellas pieles que no se irritan fácilmente y que buscan una exfoliación más intensa.
Si tienes la piel grasa te interesará lo que te voy a contar sobre el acido salicílico, que puedes usar a diario en forma de limpiadora o tónico.
Después de una exfoliación química lo primero que vas a notar es que está mucho más suave al tacto, y al día siguiente la vas a ver más luminosa, con un mejor tono, y con el tiempo, y según el tipo de acido, empezará a estar más hidratada, más elástica, mas firme, con menos manchas y estará mucho más receptiva para absorber mejor los tratamientos que te quieras poner después.
Si tienes alguna consulta puedes enviarme un email a: diariodeunacosmeticoadicta@gmail.com