
El desánimo es una herramienta poderosa del enemigo para hacernos improductivos.
Cuando atravesamos por frustración nos cuesta trabajo escuchar el consejo de otros. Pero en medio de la crisis necesitas escuchar a Dios.
En una ocasión, Pedro volvió a la pesca en medio de la frustración; a su encuentro llega Jesús y le da instrucciones en su propio oficio que tenía toda una vida de experiencia.
La obediencia de Pedro le obtuvo una pesca milagrosa.