
Esta vuelta abrimos de par en par las puertas de la percepción y arremetimos en el terruño de los estados alterados. Como es regla, nos alejamos lo más posible de la prudencia y el decoro y la flasheamos todo lo que pudimos, desde simios drogados hasta el hippismo psicodélico. Debatimos mucho cada punto y fue por lejos el tema que más nos encontró en las antípodas, pero acabamos abrazando nuestras diferencias y uno que otro árbol que se nos cruzó.