
En el episodio 15 iniciamos el desvarío a partir de la conciencia de la enorme cantidad y diversidad de ojos que observan nuestra vida diaria. Incontables cámaras, dioses fiscalizadores y vecinxs morbosxs conforman una especie de engendro fisgón que nos acecha a toda hora. Nos sentimos pequeñxs como hormiguitas, estudiadxs como ratones de laboratorio y animales, siempre animales.
Ya saben, ojo con perderse este capitulazo...