Para muchas personas ir a la peluquería ya es una experiencia de completa ansiedad y expectativa, ahora imagínate lo que es cuando eres crespa y has vivido las peores historias capilares. Lo que te decían en el colegio por tener un pelo tan grande, lo que luchabas para peinarlo y hasta lo que tu mamá te hacía sufrir al desenredarlo, es otro nivel. Las chicas rizadas vamos a la peluquería con una carga emocional mucho mayor a la de las personas de pelo liso, por eso es muy importante educarse en el tema si se quiere llegar a ser un buen estilista de rizos.
Un estilista que sabe manejar melenas rizadas entiende la experiencia de una mujer con rizos va más allá de lo estético. Para esa mujer su pelo representa una parte grandísima de su identidad, quizás lo escondió por mucho tiempo, tal vez haya pasado por un duro proceso de transición y ahora atesora cada centímetro de sus rizos o quizás apenas empieza el camino de autodescubrimiento que implica llevar tu pelo al natural. Sea cual sea su situación, cada una de esas etapas requieren un acompañamiento técnico y afectivo.
Si bien no esperas que tu estilista sea tu psicólogo, lo último que necesitas es sentirte juzgada o ansiosa en una experiencia por la que estás pagando y que debería darte confort y bienestar.
En este episodio hablo con Delcy Giraldo, creadora de Rizos Felices y formadora de estilistas en pelo rizado en su academia del mismo nombre. Ella nos cuenta esos cinco pecados que no debes permitirle a tu estilista. Claro, eso nunca pasará si visitas un salón especializado.
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