
En 1983, Ciudad Juárez se vio inmersa en un desastre nuclear por Cobalto-60, siendo uno de los mayores ocurridos en América Latina Tres años antes del desastre nuclear ocurrido en Chernóbil (1986), México vivió un accidente similar, pero que no provocó el mismo impacto, debido a que no fue un reactor nuclear el que explotó, sino que un descuido humano provocó el mayor accidente con material radioactivo en América Latina. Según la investigación de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS), publicada en 1985, todo comenzó en el Centro Médico de Especialidades de Ciudad Juárez, Chihuahua, cuando en 1977 compraron una máquina de radioterapia equipada con una bomba de Cobalto-60, la cual requería un permiso de la CNSNS para ser importada, pero nunca fueron avisados.