El amor está en el aire...

Aunque no nos demos cuenta, supongo que así es.

El amor está en el aire, en todo lo que sopla nuestro cabello, tal vez en el frio que congela nuestras manos.

Nuestro amor está en el aire porque le permitimos volar para enseñarnos a amar, a la mala y a la buena porque sabemos que lo perfecto es aburrido, y aunque lo imperfecto a veces dañe, sabemos que es lo mejor, nos sabe mejor.

Duele lo mismo un corazón roto que una patada en los testículos, solo que uno con fortuna el dolor se quita en unos minutos, y el otro se carcome la vida entera, porque la gente no olvida, pero sí aprende a vivir con el dolor.

Vamos caminando tirando un chorrito de sangre por el camino, casi imperceptible hasta que llega otro bello ser que solo dice: ¿Estás bien? Y la mente con fortuna responde: Claro que sí, pronto me curaré.

Entregamos nuestro corazón, o lo poco que queda de él. El amor esta en el aire, nunca lo olvides.

Me enamoré de sus ojos, y a pesar de siempre verla a diario, el día que paso fue el día que se paro frente a mí, pareciera que me retaba a enamorarme de ella, y espontáneamente, me enamoré.

“Claro que sí, pronto me curaré” Estoy curado, vuelvo a sentir, me dije mientras mi corazón palpitaba poco a poco hasta regresar por completo a la vida.

No te puedo prometer la eternidad, porque bien podría morir mañana, y romper una promesa duele, no me hago el santo, pero hasta el maldito logra sentir un poco de tristeza cuando hace su trabajo.

-¿Entonces por qué te enamoras de mí si no me puedes prometer la eternidad?

-¿No me has escuchado? El amor está en el aire, aunque no nos demos cuenta, supongo que así es.

Y nos enamoramos, porque el amor está en el aire.