
Aceptar lo que nos ocurre es un aprendizaje, una elección y también un proceso. Es dejar de pelear con lo que no se puede cambiar, dejar de culpar a otros por lo que sucede y empezar a hacernos cargo de nuestras emociones y sentimientos. Se trata de ver la luz en el entorno y los motivos de felicidad que nos regala la vida. Es poner el foco de atención en los aprendizajes y experiencias que nos regalan las personas. Se trata de elegir cómo responder al considerar los recursos con los que se cuenta. "La aceptación nos convierte en protagonistas de nuestra vida y la resignación en víctimas".