
La revolución digital no solo trajo la creación de nuevos espacios sociales, sino de nuevas costumbres: entre muchas está la repetición de una historia hasta hacerla real. Los fines del mundo, como otros mitos vertidos en el internet, necesitan de suficientes repeticiones para hacerse reales o al menos generar histeria. En este capítulo abordamos el fin del 2012 como un ejemplo y nos preguntamos sobre los impulsos que necesitó y los efectos que generó.