
“A medida que los chicos crecen, el contacto con el médico se vuelve menos frecuente. Esto contribuye a que los esquemas queden incompletos como en el caso de las vacunas de los 11 años, sean pasadas por alto. Por eso es clave que la familia y la escuela no pierdan de vista la importancia de vacunarse”, explicó María Cecilia Torroija, directora asociada de Asuntos Médicos en MSD