
El texto presenta un argumento filosófico en favor de Bitcoin como una forma de dinero de resistencia que opera sin la necesidad de partes confiables centralizadas, como bancos y gobiernos, que caracterizan el dinero fiduciario tradicional. Explora cómo Bitcoin aborda problemas como la privacidad financiera, la censura y la exclusión económica que surgen en los sistemas monetarios convencionales. Aunque reconoce los desafíos, como su consumo de energía y la volatilidad del precio, el texto postula que las características de diseño de Bitcoin, como su registro distribuido y la prueba de trabajo, ofrecen una alternativa valiosa, especialmente para aquellos que viven bajo regímenes autoritarios o experimentan inestabilidad financiera. La obra invita a una evaluación imparcial de si un mundo con Bitcoin es preferible, considerando sus beneficios para la libertad individual y el empoderamiento.