
Érase una vez una zorra muy glotona que solía levantarse tempranísimo para salir a buscar alimentos por el campo. Comer era su pasatiempo favorito y nunca le hacía ascos a nada. Un puñado de insectos vivitos y coleando, media docena de castañas, algún que otro arándano arrancado a mordiscos del arbusto… ¡Cualquier cosa servía para saciar su voraz apetito! Pero su apetito la meterá en problemas... ¿Cómo los resolverá?