
Cuando Felipe II decidió que Madrid sería la capital de su reino, surgió el problema de dónde alojaría a la corte. Tradicionalmente la ciudad donde se alojara el rey era la capital y tenía obligación de alojar a un séquito de decenas de personas, pero cuando se hizo estable en Madrid se decidió obligar a los madrileños a dejar uno de sus pisos sine díe a los cortesanos que decidiera el rey (y a darles de comer y lo que necesitaran). Esto no sentó muy bien a los madrileños y decidieron hacer casas que parecían más pequeñas por fuera que por dentro, incómodas, con muchos recovecos que engañaran a los cortesanos y les disuadieran a alojarse en otro lado. Hoy os cuento la historia de las casas a la malicia, creadas para evitar la Regalía de Aposentamiento.
Crónicas Chulapas es el podcast de historias de Madrid de Patricia Tablado.