
En la última semana hemos asistido a un aumento de la crispación política. En un momento donde impera la necesidad de acudir al diálogo, nuestros políticos no dejan pasar ninguna oportunidad para atacarse mutuamente. Y lo peor es que en muchos casos tergiversan los datos y desdibujan la realidad. España necesita mucho más si queremos salir de la crisis económica en la que estamos inmersos, porque esto ya es el presente, no el futuro.