
Más que enfocarse en detectar las habilidades y talentos naturales las personas deberían dedicarse a fortalecer en sus hijos la perseverancia y el coraje para llegar a sus metas.
Numerosos estudios con niños superdotados mostraron que la tenacidad que no se detiene
ante los obstáculos y la persistencia es lo que diferenciaba a los exitosos de
los que no lo son tanto.
Son tres los elementos que garantizan el éxito: el compromiso con las metas
(perseverancia y trabajo duro), la creatividad y las capacidades.