Día de muertos, como se vive en México, es una celebración preciosa, pues más allá de conectarnos, a través del ritual y del recuerdo, con nuestros ancestros y seres amados – tanto humanos como animales – que han muerto, manteniéndolos vivos de alguna manera, habla sobre aceptación y evolución.

A nivel psicológico nos enseña a incorporar el cambio, inherente a la vida, pues al hablar de la aceptación de la muerte física, también nos enseña sobre la aceptación y transformación de nuestras muertes psicológicas.

Colorear, adornar, festejar la muerte y rendirle homenaje, como se hace durante los días de la celebración, elimina su connotación puramente trágica y nos permite reconciliarnos con ella.

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