INTRODUCCIÓN:
En este estudio veremos como las respuestas suaves, en tiempos de contienda, o en alguna discusión acalorada es de mucho provecho.
Cuando las personas tienen diferencias en cualquier cosa, que llegan a tener una discusión muy fuerte, la suave respuesta hace calmar la furia de la otra persona, y ya no llegan a pleito, sino que pueden platicar amenamente.
Pero si contestamos de la misma manera que la otra persona nos esta hablando, por ejemplo “si ella grita, o si alza la voz, y yo también hago lo mismo”, entonces habrá pleito y una discusión muy acalorada, que puede llegar hasta los insultos y golpes.
Como cristianos debemos evitar esas respuestas que pueden llevar a pleitos y golpes.