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2021 es el año del audio social, un nuevo concepto que emerge con fuerza de la mano de redes sociales como Clubhouse, pero abarca mucho más. Veamos en qué consiste el audio social y cómo tomar parte activa en esta nueva revolución digital.
El audio social es el formato que permite conectar con personas a través de redes sociales utilizando el audio como formato principal. Me refiero a la voz hablada, en forma de conversaciones, como una de sus manifestaciones principales, pero en realidad todo lo que suene (como música o sonidos de los más variados) también se podrían contemplar entre las formas del audio social.
Dejando a los estudiosos y eruditos el papel de determinar quién o qué fue primero en la utilización del audio en el mundo digital de las redes sociales, para los efectos que nos importan al resto, se puede determinar que 2021 es el año de la eclosión de este tipo de redes sociales.
La vanguardia de este fenómeno a escala global está representada por el nacimiento de Clubhouse, la red social de conversaciones en línea, por ser la primera de renombre basada exclusivamente en charlas de audio en directo. Si te perdiste el
anterior capítulo de este podcast, te recomiendo su lectura o escucha.
Pero también podemos contar en el grupo de las pioneras a Stereo, Discord, Espacios de Twitter, los chats de conversación de Telegram o Greenroom, la reciente versión de Spotify.
En este punto habrá quien pudiese preguntar ¿y las las notas de audio de WhatsApp qué? También podrían ser consideradas dentro de esta categoría.
Un ecosistema de audio más allá de clubhouse
De hecho, el ecosistema del audio social va mucho más allá de Clubhouse, es amplio. Caben, además de este tipo de mensajes, los podcasts, un género mucho más antiguos que Clubhouse. Los podcasts llevan años explotando el audio como su medio principal, si bien no de una forma social en la que muchas personas intervienen e interactúan a la vez.
Además de las redes y las plataformas, en el audio social también hay que considerar nuevas pautas de gestión de la presencia, de la creación de contenidos específicos (en audio), la interacción con la audiencia y los parámetros de engagement y ROI. Todos estos elementos son diferentes del consumo y del uso de redes sociales tradicionales.
Por ejemplo, en entornos de audio social, hemos de invertir más tiempo para consumir el contenido. No lo podemos escuchar rápido (a pesar de existir modalidades de aceleración.de la escucha a velocidades 1.5 o 2). No puedes resumir en unos segundos un contenido de media hora.
Hay que escuchar el contenido
Además, en redes como Clubhouse o Espacios, los contenidos de las salas no quedan grabados por lo que has de escucharlos en directo, si no te los pierdes. En Greenroom de Spotify, sí pueden quedar grabados, pero te los has de escuchar igualmente).
Bajo la influencia de este tipo de redes y ante la necesidad de dominar la creación de espacios y programas que suenen cada vez más profesionales, con más calidad, estamos asistiendo a una nueva edad de oro de los ingenieros y técnicos de sonido, así como de divulgadores y expertos en todo tipo de gadgets, como micrófonos, programas de grabación, efectos de sonido, mesas de mezcla, cables, grabadores, etcétera.
Todo este conjunto de dispositivos no estaban en el radar de los creadores de contenido que, hasta ahora, les bastaba un portátil, un procesador de texto o tener acceso a canva para realizar su trabajo.
Ahora, además de tener la idea de qué hablar, si quieres generar un buen producto has de saber cómo captar el sonido, cómo tratarlo y mejorarlo, cómo ecualizarlo, qué es la normalización de la pista de audio o qué efecto provoca en la señal de audio la compresión.