
Hay personas que desde chicas sueñan con irse a vivir a Japón por el animé o los videojuegos; Casandra Castro no fue una de ellas.
Nació y creció en Rada Tilly, entre el viento, la costa y un negocio de ropa familiar. Viajera por naturaleza, siempre tuvo esa curiosidad por lo distinto, pero lo de Japón… no fue un sueño, fue una intuición. Una de esas ideas que crecen de a poco, hasta que un día se vuelven una decisión. Y así, después de años de ahorrar peso por peso y de planear con calma, Casandra armó las valijas y se fue a la otra punta del planeta. No por una historia de animé, sino por la suya propia.
Este episodio nos lleva a recorrer ese viaje, del desconcierto de los primeros días al ritmo de vida japonesa que aprendió a disfrutar.