
Hola, aquí Samu de nuevo.
La semana pasada alguien me pagó un café.
Uyyyyyyy que rico estaba. Estaba cojonudo el café, calentito, amargo, despierto. Era un café etiópe, con aromas a chocolate y a dulce. Fue una experiencia única.
De hecho todavía estoy chupando la taza.
La miro y la deseo esa taza, ha sido un café cojonudo, y no me voy a olvidar de un café así. Un verdadero detalle.
La verdad que muchas gracias al que me pagara ese café.
Ha sido un sueño de café.
Y eso que el café quita el sueño.