¿Puede una sola persona "inventar" un idioma? La respuesta se esconde en el silencio de un monasterio de La Rioja. Hace mil años, un monje anónimo, frustrado por no entender un texto en latín, escribió unas pequeñas notas al margen en la lengua que hablaba el pueblo. No sabía que con esos "garabatos" estaba firmando el certificado de nacimiento del español.
Acompáñame a descubrir la increíble historia de las Glosas Emilianenses, el momento exacto en que nuestro idioma se atrevió a escribirse por primera vez.
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