
Resistir, al paso del tiempo, al olvido, a las normas. De eso se trata este capítulo. Los artefactos de madera: la batea y la cuchara, desdeñados en las cocinas modernas, se abren un espacio entre los custiodios de semillas de la comunidad de El Claret en Riosucio, para contarnos por qué la madera le da propiedades casi mágicas a las preparaciones.
Este artefacto no solo tiene la labor de revolver, sino también de sazonar las comidas; en este capítulo exploraremos cuál es su papel en las preparaciones de los alimentos más tradicionales, como un ejercicio para derrotar al olvido y la modernidad.