
Proverbios 12:3 “El hombre no se afirmará por medio de la impiedad; Mas la raíz de los justos no será removida”.
Millones de creyentes hablan como si Dios fuera real y actúan como si no lo fuera, somos cristianos no por la manera como hablamos sino por la forma como actuamos; si en lo que tu crees no gobierna tu vida, entonces tu creencia es falsa y se convierte en una pseudo creencia, ya que nuestro sistema de creencia debemos mostrarla en todo momento en la vida práctica; en otras palabras: “Lo que yo creo es lo que yo vivo”.
Vivimos en una generación que aprendió a hablar de Dios sin necesidad de depender de Él, nos volvimos hábiles para parecer cristianos sin vivir como verdaderos creyentes, nos gusta el mensaje del Evangelio, pero no sus exigencias, nos jactamos de conocer al Señor… pero evitamos poner toda nuestra confianza en Él y poner por obra sus mandatos y ordenanzas; el Señor lo declaró en Lucas 6:46-48 "¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca”.
Hoy el Espíritu Santo nos confronta: ¿Estamos viviendo por fe de lo que creemos o por conveniencia de lo que necesitamos? A esto se le llama Fe Falsa:
Todo esto debe hacernos reaccionar y hasta llegar a sentir el temor de Dios preguntándote: ¿Tengo o quiero una fe tan fuerte? ¿Quiero que sea todo o nada? Es necesario que reflexionemos en lo que afirmaba el salmista en el Salmo 61:2:3 “Llévame a la Roca que es más alta que yo. Porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo”.
El cimiento sobre el que construimos nuestras vidas es como un sistema de raíces que proporciona estabilidad y alimento a todo lo que hacemos. Esta es la Ley de las Raíces y los Frutos: Lo que está en la raíz (creencias, carácter, corazón) determina el fruto (acciones, hábitos, conducta), por lo tanto:
Como dice Proverbios, «Nadie se afirma por la maldad». La palabra hebrea para «afirmar» es yikkon, y significa «firme, estable, seguro, anclado». Quienes rechazan la verdad de Dios y abrazan la maldad carecen de fundamento; quienes confían en Cristo tienen un fundamento fuerte y seguro.
Nuestra relación con Dios es el fundamento de todo en la vida. Dios es la fuente de nuestra identidad y propósito. Él es la fuente de la verdad, los principios y fundamentos de nuestra vida, Él nos creó y nos define. No nos definen nuestras circunstancias, ni nuestro trabajo, ni nuestras posesiones, ni nuestra posición social. Nos define quiénes somos en Cristo.
Sin Cristo, no hay fundamento. Sin Cristo, no podemos dar fruto duradero, 1 Corintios 3:10-11 "Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”.
Todo lo que se ha enseñado se traduce en una Palabra que declaró el Señor en el sermón de monte: "Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno" Mateo 5:29-30.
Mateo 5 sigue llamando la atención hoy en día, y plantean la cuestión de hasta qué punto debemos tomar al pie de la letra los mandatos de Jesús en estos pasajes. ¿Quiere decir Jesús que debemos arrancarnos los ojos o cortarnos una mano si somos propensos a pecar? Jesús enfatiza en que debemos tener una “Fe Firme”, debemos estar dispuestos a hacer cambios radicales en nuestras vidas, y digo mas, en todas las áreas de nuestra vida: Espiritual, Emocional, Física, Sexual, Económica.
El propósito de Jesús es magnificar la naturaleza atroz del pecado y la maldad. El pecado y la maldad es cualquier acción o pensamiento contrario al carácter de Dios. El resultado del pecado es la muerte, de la que Jesús quiere preservarnos. El pecado lleva a la gente al infierno, Apocalipsis 21:8 “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” y eso hace que el pecado sea algo que hay que evitar a toda costa. Jesús dice que “sea lo que sea lo que te hace pecar, toma medidas drásticas para sacarlo de tu vida”: "Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manc...