
Lucas 2:52 “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”.
Hoy quiero comenzar con un discurso corto pero profundo declaró Bryan Dyson antes de dejar su cargo como presidente de Coca Cola a nivel mundial:
"Imagina las áreas de tu vida como un juego en el que estás tratando de mantener cinco pelotas en el aire”, estas son: Trabajo, Familia, Salud, Relaciones y Vida Espiritual.
Según la experiencia, el Trabajo es como una pelota de goma, si la dejas caer, rebotará y regresará, pero las otras cuatro pelotas: Familia, Salud, relaciones y tu vida espiritual son frágiles, como de cristal. Si dejas caer una de estas, irrevocablemente saldrá astillada, marcada, lastimada, dañada e incluso rota. Nunca volverá a ser la mismo pelota de cristal.
Este discurso, aunque no fue pronunciado en el culto de una iglesia, contiene una profunda sabiduría espiritual.
Muchos trabajan incansablemente buscando éxito, dinero o reconocimiento, pero cuando se detienen se dan cuenta de que han perdido lo más valioso: su familia, su salud, sus relaciones y su relación con Dios.
Es necesario apreciar y ser esforzado por conseguir y cuidar lo más valioso, Dios lo confirma en su palabra en Génesis 2:15 “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase”; Bryan Dyson recomendó lo siguiente: “Trabaja eficientemente en el horario regular de oficina, dale el tiempo requerido a tu familia a tus amigos y relaciones, haz ejercicio, come y descansa adecuadamente, y sobre todo… crece en tu vida espiritual, en tu relación con Dios que es lo más trascendental, porque es eterno” (énfasis añadido), Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Todo lo dicho por Bryan Dyson en su discurso se encuentra escrito en la Bíblia como textos inspirados por el Espiritu Santo con el fin de instruir a todo aquel que desea tener una vida equilibrada y en bendición, la Biblia también enseña sobre el equilibrio, la prioridad y el valor de lo eterno, Jesús lo declaro en Mateo 16:26 “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” Por tal razón el orden espiritual de todo no es: trabajo → familia → Dios. El orden espiritual de todo es: Dios → familia → trabajo.
En la Biblia aparecen personajes que establecieron un orden invisible y espiritual en su vida:
Daniel: Supo mantener equilibrio entre su vida profesional (sirviendo en el gobierno de Babilonia), su salud (no contaminándose con la comida del rey), sus relaciones (ganándose el respeto de sus superiores y amigos) y su espíritu (orando tres veces al día sin comprometer su fe). Daniel prosperó sin perder su integridad. Aunque alcanzó los más altos cargos en el imperio Babilónico, nunca comprometió su comunión con Dios ni su disciplina personal, “Daniel propuso en su corazón no contaminarse”, Daniel 1:8.
José: Equilibrio entre trabajo y valores espirituales; José trabajó con excelencia aun en la esclavitud y prisión, pero nunca sacrificó su integridad espiritual, “Jehová estaba con José, y era varón próspero”, Génesis 39:2.
Nehemías: Equilibrio entre visión y descanso; Nehemías dirigió la reconstrucción del muro sin descuidar su comunión con Dios, ni su gente; supo detenerse para orar y fortalecerse. “Y oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche”, Nehemías 4:9.
Jesús: Modelo perfecto de equilibrio; trabajo, familia espiritual, salud, amigos y espíritu. Enseñaba, sanaba y servía sin descuidar su tiempo de oración, descanso y comunión con el Padre.
El trabajo representa la responsabilidad, la diligencia y el esfuerzo. Es importante, pero no lo más importante. Eclesiastés 2:22-23 “Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol? Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad”.
El trabajo es necesario, pero no es eterno. Es una herramienta, no un destino, Dios bendice el esfuerzo, pero maldice el afán; El problema no está en trabajar mucho, sino en trabajar sin propósito celestial. Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres...”
El trabajo cuando cae al piso, rebota, se puede recuperar o puede reinventarse, pero cuando se convierte en un ídolo, roba el tiempo que pertenece a Dios, a la familia y a la salud. El creyente debe recordar: el trabajo no te da identidad; tu identidad está en Cristo.
La familia fue el primer proyecto de Dios, Génesis 2:24 “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Muchos quieren servir a Dios en público, pero ignoran su altar privado.
La familia no se reemplaza. Una herida familiar mal tratada deja marcas profundas. 1 Timoteo 5:8 “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”.
La Biblia presenta la familia como un diseño divino: no es solo un grupo de personas, sino el primer ministerio. La restauración de una familia sana comienza con reconocer que el hogar debe estar centrado en Dios. Josué 24:15 — 'Pero yo y mi casa serviremos a Jehová.’
Muchos no valoran la salud hasta que la pierden. El cuerpo es templo del Espíritu Santo, no una máquina de rendimiento, 1 Corintios 6:19-20 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo...? glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo”.
En el afán por lograrlo todo, muchos descuidan su salud física y mental. Dios no nos llamó a matarnos por el éxito, sino a honrarle con el cuerpo que nos dio.
Descuidar la salud es descuidar el propósito. Jesús cuidó su cuerpo descansando, orando y comiendo con propósito. El equilibrio espiritual también requiere equilibrio físico: descanso, nutrición y límites. Éxodo 20:9-10 “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios”.
Las amistades y las relaciones moldean el carácter. La Biblia advierte en 1 Corintios 15;33 “'Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. Un verdadero amigo te acerca a Dios, no te aleja de Él. Dios usa amistades para formarnos y sostenernos. Un amigo verdadero es un reflejo del amor de Cristo. Proverbios 17:17 “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia”. Jesús mismo tuvo amigos íntimos como Pedro, Juan y Lázaro. Su ejemplo enseña que la amistad es una extensión del amor divino. Juan 15:15 “Ya no os llamaré siervos... pero os he llamado amigos”.
5. EL ESPÍRITU: ETERNO
Esta es la esfera que sostiene a todas las demás. Cuando el espíritu está firme en Dios, todo se alinea. Si el espíritu se apaga, todo lo demás se desordena. 1 Tesalonicenses 5:23 “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible…”.
El espíritu representa la relación con Dios, la comunión, la adoración y la fe. Si esta conexión se rompe, ninguna otra área puede sostenerse, Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Aquí está el centro del mensaje. Bryan Dyson habló del “espíritu” como algo que no se puede descuidar… pero no...