Roberto cuenta su experiencia como voluntario docente en una fundación que llevaba educación en tecnología a barrios vulnerables. Desde el ritual de llegar al barrio con alguien de adentro, hasta las computadoras donadas en una casa que era iglesia, capilla y salón de clases, el episodio explora cómo la enseñanza de testing y programación se convirtió en un puente hacia otras realidades.
A través de las reacciones de los estudiantes, las barreras estructurales que enfrentaban, y las victorias genuinas, Roberto reflexiona sobre por qué está convencido de que la programación y la educación cambian vidas.
Un episodio sobre crear puentes, sobre ver más allá de donde alguien vive, y sobre por qué es fundamental llevar estas herramientas a todos y todas, incluso en tiempos de IA.
Roberto cuenta una historia incómoda de cuando se postuló a un trabajo de pasante programador estando sobrecalificado, buscando algo "tranquilo" para poder dedicarse más al estudio. El rechazo fue educado pero claro: "Estás sobrecalificado, buscamos alguien con menos experiencia".
En el momento, fue una desilusión. Años después, viendo cómo les cuesta a los juniors conseguir ese primer empleo, la perspectiva cambió completamente. ¿Estaba tratando de ocupar el lugar de alguien que lo necesitaba más?
Un episodio honesto y autocrítico sobre el privilegio de tener opciones, la diferencia entre el mercado laboral de antes y ahora, y por qué a veces el mejor lugar para un senior no es el escalón de entrada.
Roberto cuenta su propia experiencia con la dispersión y el síndrome del tutorial eterno: años haciendo mil cosas a la vez sin terminar ninguna, estudiando constantemente pero aplicando poco. A través de anécdotas de Discord, donde ve juniors preguntando constantemente qué tecnología aprender sin mostrar qué construyeron, y su experiencia con un mentoreado que siempre busca qué estudiar próximo, explora por qué es tan fácil quedarse atrapado en el consumo infinito de conocimiento.
Con analogías simples (coleccionar mapas vs viajar) y honestidad sobre su propia evolución reciente organizándose mejor, Roberto analiza por qué pasa esto: la adicción al progreso sin riesgo, el mito de la preparación perfecta, y la ilusión de que "sabiendo más" va a ser más fácil empezar.
El episodio ofrece estrategias concretas basadas en su experiencia: la regla del proyecto sucio, la filosofía del deploy early, y la importancia de elegir una herramienta simple y hacer algo real con eso. Conecta con el episodio "Es usted un neófito" y termina con un mensaje de esperanza: empezar mal es infinitamente mejor que no empezar nunca.
Roberto cuenta su experiencia en el evento Prompteala, donde una frase de Gustavo Brey lo hizo reflexionar sobre algo incómodo: en inteligencia artificial, las nuevas generaciones tienen más experiencia que muchos seniors con décadas de carrera. A través de conversaciones con colegas y su propia introspección, explora la resistencia al cambio que caracteriza a los "acorazados" seniors y la necesidad de humildad para seguir aprendiendo.
Un episodio sobre dejar el ego de lado, escuchar todas las voces, y aceptar que a veces el que tiene menos años de edad tiene más que enseñar que el que tiene más años de experiencia. Una reflexión necesaria en tiempos donde todo cambia tan rápido que la experiencia tradicional puede ser más obstáculo que ventaja.
Roberto cuenta sobre una experiencia inesperada: un viaje urgente a San Juan para cubrir una suplencia en un programa de capacitación. Sin mucha información previa, llega para descubrir que tiene que comprimir un curso de varios días en apenas 3, enseñando programación orientada a objetos a docentes de nivel secundario.
Con la presión del tiempo encima y enfrentando el desafío clásico de los diferentes niveles de conocimiento, Roberto transforma una clase formal en un workshop dinámico, aplicando esos "planes B" que mencionó en su episodio sobre las cabritas y el T-Rex.
Pero lo lindo llega al final, con un gesto simple: un kit de asado como agradecimiento. No por el objeto en sí, sino por lo que representaba: reconocimiento instantáneo de valor. Una reflexión sobre la hospitalidad del interior, la importancia de formar formadores, y cómo los gestos humanos trascienden cualquier cosa material.
Roberto reflexiona sobre un momento de auto-consciencia: después de años frustrándose con preguntas mal formuladas en Discord y otros foros, se da cuenta de que está a punto de convertirse en ese veterano amargo que grita "RTFM" a los juniors. A través de capturas reales de Discord y su propia experiencia siendo mandado a leer el manual, explora la tensión entre ayudar genuinamente y mantener la cordura.
Usando la icónica imagen del abuelo Simpson gritándole a las nubes, Roberto desarrolla una reflexión profunda sobre por qué la comunicación efectiva no es solo "ser amable" sino una habilidad técnica esencial que determina el éxito en equipos de desarrollo.
Un episodio sobre encontrar el balance entre paciencia y límites, y sobre por qué enseñar a comunicarse bien es tan importante como enseñar a programar.
Roberto explora una paradoja fascinante: Sam Altman, el CEO de la compañía de IA más avanzada del mundo, usa cuadernos espirales y arruga papeles como método de productividad. A través de esta aparente contradicción, reflexiona sobre por qué lo simple a veces funciona mejor que lo complejo, cómo la mentalidad importa más que las herramientas, y por qué tal vez deberíamos probar métodos "viejos" antes de buscar sistemas sofisticados.
Un episodio para cualquiera que alguna vez se perdió entre apps de productividad buscando la solución perfecta, cuando quizás la respuesta estaba en algo tan básico como papel y lapicera.
Roberto cuenta sus experiencias más memorables con entrevistas técnicas, desde el momento humillante donde no pudo ordenar una lista hasta una sesión estilo "tribunal" que duró hora y media. A través de sus anécdotas personales, conecta con la experiencia universal de sentirse competente pero volverse completamente inútil bajo la presión de una entrevista técnica.
El episodio toma un giro científico cuando presenta investigación de Microsoft y NC State que demuestra cómo las entrevistas técnicas tradicionales reducen el performance en más del 50% simplemente por ser observado. Con datos concretos y metodología rigurosa, explica por qué incluso programadores experimentados "se quedan en blanco" y cómo esto no refleja su verdadera capacidad.
Concluye con estrategias prácticas para manejar el estrés y un mensaje de esperanza: las empresas están cambiando, la ciencia respalda que el problema no sos vos, y hay maneras de prepararse mejor para estos procesos imperfectos.
A veces necesitamos la perspectiva de un extraterrestre moribundo para ver la belleza que siempre estuvo ahí. En este episodio diferente de Cebando Ideas, Roberto reflexiona sobre nuestra ceguera ante lo extraordinario cotidiano y nos invita a redescubrir el asombro.
Desde una cafetera que contiene "milenios de ternura" hasta la ceremonia invisible del mate, exploramos qué significa vivir como los visitantes temporales que realmente somos, en lugar de actuar como si fuéramos permanentes.
Un episodio profundamente humano sobre arqueología del presente, ecos que se desvanecen, y la urgencia silenciosa de ver con ojos frescos antes de que sea demasiado tarde.
Roberto cuenta una historia muy personal: cuando estuvo 10 meses sin trabajo y se sumergió en el aprendizaje obsesivo de nuevos lenguajes de programación. Entre la búsqueda laboral matutina y las sesiones nocturnas estudiando Go, Rust y TypeScript, descubrió algo que no esperaba: que hay una línea muy fina entre "mantener la máquina aceitada" y la ansiedad pura por no quedarse atrás.
A través de su experiencia personal, explora cómo distinguir entre curiosidad genuina y pánico profesional. Desde el aprendizaje "artesanal" con libros y CD-ROMs hasta la era de la IA que puede enseñarte un lenguaje en una semana, Roberto reflexiona sobre cómo navegar un mundo donde aparece algo nuevo cada siete días sin volverse loco en el intento.
Un episodio para cualquiera que alguna vez sintió que no sabe lo suficiente, que está quedándose atrás, o que necesita aprender todo para mantenerse relevante.
¿Te pasa de trabajar 10 horas y sentir que no avanzaste en nada? Roberto comparte su experiencia más vulnerable: los meses donde tenía "47 pestañas abiertas en la vida" - búsqueda laboral, facultad, proyectos, contenido - sin rumbo claro.
La historia de cómo pasó de la dispersión total al foco dirigido, qué tuvo que "podar" para encontrar su camino, y por qué a veces la decisión más productiva es cerrar 46 de las 47 pestañas que tenés abiertas.
Roberto cuenta una historia personal sobre cuando su equipo decidió implementar microservicios porque era "la nueva sensación" - spoiler: terminaron trabajando 2 meses en algo que se podía resolver mejor con un monolito. A través de esta experiencia, explora cómo el FOMO tecnológico nos lleva a tomar decisiones que complican más de lo que ayudan.
Desde la presión constante de estar al día hasta las decisiones arquitectónicas tomadas por hype, el episodio desglosa por qué caemos en estas trampas y cómo desarrollar criterio para evaluar tecnología por utilidad real, no por popularidad. No se trata de resistirse a lo nuevo, sino de adoptarlo por las razones correctas.
Un episodio para cualquiera que alguna vez sintió que "modernizar" no siempre significa mejorar.
Roberto cuenta una historia con un resultado inesperado durante su primera pasantía: cómo un simple botón que automatizaba la creación de una planilla, un reporte, y una importante lección que iba a germinar con el tiempo.
Estas son las historias que no te van a contar los profes, pero tienen esa cosa del día a día que te ayuda a forjar otras habilidades que de otro modo es posible que te cuesta más trabajo.
Desde Tesla FSD hasta GitHub Copilot, pasando por procesadores de voz, exploramos cómo las herramientas que nos "automatizan" pueden terminar atrofiando nuestras habilidades base. No es un episodio anti-tecnología, sino una reflexión sobre cómo usar estas herramientas sin convertirnos en rehenes de ellas.
Con datos científicos contundentes (nuestra atención pasó de 150 segundos en 2004 a 47 segundos en 2016), exploramos qué significa esto para el aprendizaje, el consumo cultural y nuestra forma de pensar. ¿Estamos condenando a las nuevas generaciones a un mundo de clips de 15 segundos? ¿Es posible revertir esta tendencia?
Hoy quiero contarte una historia de cuando estaba aun muy verde y fui abandonado junto a un compañero en la jaula de los leones. Claramente, no es una jaula real, ni son leones, pero quedate que te cuento bien.
Últimamente vengo escuchando dos discursos completamente opuestos... durante años se vino diciendo que había que enseñar programación en las escuelas, que era el futuro, que quien no supiera programar se iba a quedar afuera. Pero ahora, con toda la movida de la inteligencia artificial, escucho lo contrario: "¿Para qué aprender a programar si ChatGPT lo hace por mí?"
Es como si hubiéramos pasado de "todos tienen que programar" a "nadie necesita programar" en cuestión de dos años.
Acá Roberto de nuevo, y hoy quiero contarte algo que me di cuenta después de muchos, muchos años en este mundillo de "sistemas".
Resulta que aprender a programar no es lo mismo que estudiar programación. Y no, no es un trabalenguas, hay una diferencia oculta que puede cambiar completamente tu forma de encarar esta profesión!
Cuál es la diferencia? Bueno, pone la pava, prepara el mate, o tu bebida favorita; y sentate que te voy a contar una historia personal
En este episodio quiero hablarte de algo que me viene preocupando hace un tiempo: el pensamiento crítico Pero no como un concepto académico, sino como una habilidad real que se está perdiendo… especialmente ahora, en tiempos de inteligencia artificial.