
En este mensaje, el pastor Richard habla sobre la manifestación y la gloria de Dios a través de su Iglesia, su pueblo. Destaca cómo, cuando la Iglesia cumple su función, las naciones reconocen la presencia de Dios y son testigos de milagros y respuestas a sus oraciones.
Además, enfatiza que Dios se derrama abundantemente en quienes realmente aman su lugar y cumplen su propósito, como piedras vivas edificando un templo espiritual donde Él habita y se manifiesta visiblemente.
También menciona la importancia de la adoración, la Santa Cena, y la gracia desmedida de Cristo, resaltando que ya experimentamos su poder en el presente y que esto transforma vidas y comunidades.