
Un despertar hacia una dimensión en la que el tiempo se altera, se ascelera y a la vez se relaviza. Hugo observa en silencio la inclinación del reloj y la alteración de un orden inmutable. El tiempo, silencioso, altera su aspecto y mientras el otoño se asoma en las montañas circundantes, percibe esa melodía rítmica y ascendrada. Suena Forever Young de Bob Dylan en la radio, como un himno a todos los que envejecen como él, sin saber si el tiempo es un bucle que nos mantiene atrapados o nos arroja al vacío. Hermoso aporte literario de Frank Streich en librería Context, en medio de tertulias pandémicas.