
Alguien dijo por ahí “soñar no cuesta nada” y que “soñar es muy barato”, ¿Qué pasaría si nuestros sueños y anhelos son puestos en la balanza de Dios? ¿Dios tendrá también sueños para mi?. Nuestros sueños serán puestos a prueba cuando se crucen con lo que Dios ha soñado para mi. No sigamos soñando y vivamos nuestros sueños.