
No es necio el que dice no conocer a Dios, es más necio el que lo conoce pero vive cómo si no existiera. La postura de nuestro corazón no debe ser cumplir una serie de reglas o requisitos pero obtener algo de Dios. Nuestra vida y acciones debe de ajustarse a nuestras creencias. Amar a Dios es un camino muy angosto y a lo largo de él puedes experimentar necedad, buscando hacer tu voluntad por encima de la de él.
¿Qué cosas en tu vida necesitas cambiar para poder ver a Dios con los ojos del corazón y no de la mente?