
En la vida diaria, todos administramos algo: nuestro tiempo, nuestras palabras, nuestras relaciones, nuestros recursos. Ser fiel no significa hacerlo todo perfecto, sino actuar con responsabilidad, coherencia y compromiso en cada cosa que se nos confía, por pequeña que parezca. Es responder con integridad en el trabajo, ser constante en los deberes, cuidar lo que no es nuestro como si lo fuera.