
Durante un proceso de perdida es cuando descubrimos la fortaleza que no creíamos poseer. En medio de la tristeza, aprendemos a abrazar la vulnerabilidad y a darnos permiso para sanar. La gestión emocional se convierte en nuestra guía luminosa para atravesar el caos del momento. La clave está en reconocer que dentro de cada lágrima, cada recuerdo doloroso, yace el poder de la resiliencia. Así, paso a paso, encontramos la fuerza necesaria para superar la tormenta, emergiendo más fuertes y sabios. En la oscuridad, descubrimos la luz que solo puede provenir de nuestra propia esencia