
Corinto era una de las principales ciudades, no sólo de Grecia, sino del mundo. Situada en un estrecho cuello de tierra entre dos mares, dominaba el comercio de Oriente y Occidente. Su posición era casi inexpugnable. Una vasta ciudadela de roca, que se elevaba abrupta y perpendicularmente desde la llanura hasta una altura de dos mil pies sobre el nivel del mar, constituía una fuerte defensa natural para la ciudad y sus dos puertos marítimos. Corinto era ahora más próspera que Atenas, que en otro tiempo había tomado la delantera. Ambas habían sufrido graves vicisitudes, pero la primera se había levantado de sus ruinas y estaba muy por encima de su anterior prosperidad, mientras que la segunda no había alcanzado su pasada magnificencia. Atenas era el centro reconocido del arte y del saber; Corinto, la sede del gobierno y del comercio. {LP 98.2}