
Los apóstoles y discípulos que salieron de Jerusalén durante la feroz persecución que se desató allí después del martirio de Esteban, predicaron a Cristo en las ciudades de los alrededores, limitando sus labores a los judíos hebreos y griegos. "Y la mano del Señor estaba con ellos; y un gran número creyó y se convirtió al Señor". Cuando los creyentes de Jerusalén oyeron las buenas noticias, se alegraron; y Bernabé, "hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe", fue enviado a Antioquía, la metrópoli de Siria, para ayudar a la iglesia de allí. Allí trabajó con gran éxito. Como la obra aumentaba, solicitó y obtuvo la ayuda de Pablo; y los dos discípulos trabajaron juntos en esa ciudad durante un año, enseñando al pueblo y aumentando el número de la iglesia de Cristo. {LP 40.1}