
Se tropezó con la sillería cuando quiso escapar después de robar los dineros para cubrir los salarios de canteros y albañiles… – aseveró uno de los soldados que habían acudido al llamado de alarma que hizo el padre Toño cuando escuchó los ruidos de la pelea, Alonso estaba sentado en el piso con una ceja partida y varios moretones en mejillas y brazos, por los golpes recibidos. El padre Toño estaba a su lado con el semblante atribulado. ¿Cómo después de lo de su padre Alonso haría algo así? ¡El dinero para pagarles su salario a los trabajadores, frente a su madre a la que tanto respetaba! El par de soldados no le permitían ni levantar la cabeza.
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