
El artículo 12 del Credo, "Creo en la vida eterna", expresa la convicción central de la fe cristiana sobre el destino último del ser humano: la existencia de una vida después de la muerte, en comunión plena con Dios. Este artículo nos habla de la esperanza en la vida eterna, que es el fin para el que fuimos creados, la meta hacia la cual todos los cristianos caminan.