
Desde los comienzos de Aviva, el Señor nos dio una fuerte identidad de comunión. Hay una impronta natural en el ambiente a donde se respira un deseo profundo de ser comunidad. De estar cerca, de cuidarnos, de ayudarnos, de abrazarnos. Es un mandato directo de Dios que para nosotros es una invitación a cada persona que ingresa a nuestra iglesia. Y por esta razón es que necesitamos ir a lo profundo del principio bíblico instituido por Dios.