Volví después de una pausa. Estuve sobreviviendo una fecha que me removió mucho, y esta vez no la evité. No la suprimí. La enfrenté como pude, y entendí que los sentimientos, aunque duelan, se trabajan. No son debilidad. Aprendí a no pelearme con mi sensibilidad, sino a integrarla. Volver desde ahí me cambió.