
No pagues mal con mal, ni ojo por ojo. Mejor vence al mal con el bien.
No pierdas tu tiempo y tus energías en discusiones innecesarias. No dediques tu tiempo a disputas de ego ni a cultivar relaciones de lamentación.
Tú eres responsable de tu situación, y sólo tú vas a sufrir las consecuencias de haber dedicado energías en odiar a alguien.
Es más provechoso examinar tu conducta, localizar tus errores cometidos y detectar qué puedes corregir el día de hoy. Resulta benéfico determinar cuáles son tus defectos u omisiones que provocan determinados tratos o reacciones hacia ti. Analiza tus faltas y aprende la lección.
Convierte esos defectos en virtudes. Aprende de quienes te juzgan y critican, pues quizás tengan algo valioso por aportar para tu crecimiento, pero no dediques demasiados pensamientos al pasado a menos que sea para documentar tus experiencias y no cometerlas de nuevo.
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